¿Por qué también se restauró el Matrimonio Plural?


Brian C. Hales
Traducción Libre por: Walter Iván Cruz
José Smith identificó cuatro razones para la restauración del matrimonio plural, siendo la cuarta la más importante de todas:
  1. El matrimonio plural fue parte de la profetizada “restauración de todas las cosas” mencionada en Hechos 3:19-21 (véase D&C 132:40, 45)
  2. El matrimonio plural proporcionó una prueba adaptada a los Santos de ese tiempo y lugar específicos (véase D&C 132:32, 51)
  3. El matrimonio plural proporcionó cuerpos para espíritus premortales nobles, ya que se estableció para “multiplicarse y henchir la tierra” (D&C 132:63)
  4. El matrimonio plural dio la oportunidad de que toda mujer digna sea sellada a un esposo por toda la eternidad “para su exaltación en los mundos eternos” (D&C 132:63, 16-17)
El matrimonio plural fue parte de la profetizada “restauración de todas las cosas” mencionada en Hechos 3:19-21
La primera razón que mencionó el Profeta para restablecer la poligamia aceptada en el Antiguo Testamento fue que esta era parte de la “restauración de todas las cosas”, tal y como se profetizó en Hechos 3:19-21:
Así que, arrepentíos y convertíos para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan tiempos de refrigerio de la presencia del Señor, y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; a quien de cierto es menester que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempos antiguos. (Itálicas agregadas)
Esta necesidad para una restauración se menciona en la Sección 132: “Yo soy el Señor tu Dios… te he conferido las llaves y el poder del sacerdocio, por medio de lo cual restauro todas las cosas” (v. 40, 45)
La necesidad de restaurar este antiguo orden marital fue aparentemente la una explicación que se dio en Kirtland, Ohio, a mediados de la década de 1830, cuando José se casó con Fanny Alger. Benjamín F. Johnson rememoró en 1903: “Fue en 1835, en Kirtland, que supe de esto por el esposo de mi hermana, Lyman R. Shirman,1
 quien era cercano al Profeta, y mi cuñado lo aprendió de él mismo: que este antiguo orden del matrimonio plural tenía que ser practicado una vez más por la Iglesia”.2
Unos años después, en 1841, José Smith intentó enseñar el tema públicamente. Helen Mar Kimball recordó: “Él [José] tomo de sorpresa a sus oyentes cuando predicó sobre la restauración de todas las cosas, e indicó que así como había sido en la antigüedad con Abraham, Isaac y Jacob, así sería de nuevo, etc.”3
 De la misma forma Joseph A. Kelting recordó una conversación personal que tuvo con José Smith:
Un día a inicios de la primavera de 1844, cuando llamé a la puerta de la casa del profeta por algún asunto que ahora no recuerdo, él me invitó a subir por las escaleras a una de las habitaciones de la casa, que se llamaba la Mansión. Luego de que \nosotros/ entráramos a la pieza, él le echó llave a \la puerta/, y luego me preguntó si yo había oído los rumores que lo vinculaban con la poligamia. Le contesté que sí. Entonces él comenzó a defender la doctrina con referencias del Antiguo Testamento. Le dije que no quería escuchar sobre eso, ya que yo podía leerlo por mí mismo. Él afirmó ser un profeta – yo sabía que él era un profeta – y yo quería saber que tenía que decir en cuanto a ello. Expresó algunas dudas sobre como lo tomaría, y deseaba saber qué posición tomaría yo si yo no creía lo que él tenía que decir. Entonces le di mi palabra que sea que yo creyese en la revelación o no, yo no lo traicionaría.
Entonces procedió a informarme que había recibido una revelación  de Dios, la cual le indicaba que la doctrina de la pluralidad de esposas era correcta, y esa revelación le ordenaba que obedeciera. El reconoció que tenía varias esposas. Le dije que todo estaba bien. Entonces él me dijo que necesitaba una prueba adicional para saber que no lo traicionaría. Le pregunté si él quería que yo exaceptara el principio casándome con una esposa plural. Me dijo que sí. Poco después me casé con dos esposas en ese orden de matrimonio.4
Se puede argüir que esta era la única razón que José Smith necesitaba dar. Simplemente podía decir: “Los patriarcas del Antiguo Testamento practicaron la poligamia, y yo la estoy restaurando.” No había necesidad de una teología complicada y detallada del matrimonio celestial y eterno.5
El matrimonio plural proporcionó una prueba adaptada a los Santos de ese tiempo y lugar específicos
 Otra razón para establecer el matrimonio plural es que este traería pruebas a los santos que les brindarían oportunidades para crecer espiritualmente. En una revelación en 1831, José Smith enseñó el valor de las tribulaciones: “No podéis ver con vuestros ojos naturales el designio de vuestro Dios concerniente a las cosas que vendrán más adelante, ni la gloria que seguirá después de mucha tribulación. Porque tras mucha tribulación vienen las bendiciones. Por tanto, viene el día en que seréis coronados con mucha gloria; la hora no es aún, más está cerca” (D&C 58:3-4).
La creencia de que Dios pone a prueba a Sus seguidores terrenales con el fin de hacerlos dignos de bendiciones específicas es un modelo que se halla en las escrituras. Algunas veces se  requiere a algunos que migren a nuevas tierras o que se defiendan contra enemigos poderosos. La obra misional ha sido un mandamiento universal para el pueblo de Dios en todas las épocas, la cual trae muchas bendiciones a aquellos que “[abren sus] bocas” (D&C 33: 8-10; compárese con 60:2). Las revelaciones de José Smith prometían a los primeros santos que serían “investidos con poder de lo alto” si construían un templo (D&C 38:32; véase también 43:16; 95:8; 105:11-12; 110:9) y su obediencia fue premiada en abundancia.
El mandamiento de practicar el matrimonio plural fue un desafío similar. Una de las esposas plurales de José Smith, Helen Mar Kimball, recordó: “El Profeta dijo que la práctica del matrimonio plural sería la más dura prueba que tendrían los santos para probar su fe.”6
 Ella también recordó:
No he intentado esconder el hecho de que esto ha sido una prueba, y debo confesar que ha sido una de las más severas de mi vida; pero también puedo decir que ha sido una de las más grandes bendiciones que he tenido. En verdad, puedo decir que esto ha hecho mucho más por mí para convertirme en una Santo y una mujer libre en todo el sentido de la palabra; y conozco a muchos que pueden decir lo mismo, que les ha dado a ellos los mayores beneficios – ha sido una ‘bendición oculta.’7
El apóstol John Taylor lo resumió así: “¿De dónde provino el mandamiento relacionado con la poligamia?” y luego respondió: “También vino de Dios. Fue una revelación dada a José Smith por Dios, y fue hecha obligatoria sobre Sus siervos. Cuando se presentó este sistema por primera vez entre este pueblo fue una de las mayores cruces que algún grupo de hombres haya tomado sobre sí mismos desde que el mundo existe”.8
 Brigham Young explicó en 1855: “Yo preví, cuando José nos hizo saber de esta doctrina por primera vez, que esto sería una prueba, una fuente de gran preocupación y ansiedad para los líderes, ¿y qué hay con eso? Tenemos que ceñirnos los lomos y cumplir el mandamiento, así como lo haríamos con cualquier otro deber.9 Otra de las esposas plurales de José, Lucy Walker, rememoró el papel del matrimonio plural en el fortalecimiento del carácter:
“Debo decir [que la poligamia] es una gran escuela. Aprendes autocontrol, autonegación; saca lo mejor de nuestras naturalezas caídas, y nos enseña a estudiarnos y a dominarnos a nosotros mismos, mientras conocemos las características peculiares de cada uno. Existe una gran oportunidad de mejorarnos a nosotros mismos, y las lecciones aprendidas en unos pocos años son dignas de la experiencia de toda una vida; por esta razón estás más preparado para hacer feliz el hogar. Fácilmente aprendes a evitar muchos rasgos pocos placenteros de la vida doméstica que de otra manera por la inexperiencia no tendrías la capacidad de enfrentar.”10
Eliza R. Snow escribió que el matrimonio plural permitió purificar a los que participaban de él: “Doy mi testimonio de que el matrimonio plural celestial es un principio puro y santo, que no sólo busca la pureza individual y la edificación del carácter, sino que también es el instrumento para producir una clase perfeccionada de masculinidad mental y física.”11
Para la esposa plural Martha Cragun Cox (1852-1932), el matrimonio plural la condujo a realizar oraciones muy intensan que trajeron consigo inspiración: “Sé que el principio del matrimonio plural es correcto – que es el más alto y más santo orden de matrimonio. También sé que podría fallar en vivir la vida santa que requiere y perder las bendiciones que ofrece. Si no había aprendido antes a llevar mi carga ante el Señor, de seguro lo sé ahora… He hallado alivio únicamente en la oración, cuando el Espíritu Santo me inspira.”12
Que la práctica del matrimonio plural era una prueba que brindaba bendiciones específicas se infiere de varios versículos de la revelación tocante a el matrimonio celestial y el matrimonio plural, la Sección 132. En tres lugares habla en cuanto a la obediencia de Abraham y las bendiciones que recibió (vv. 36, 50-51). Con respecto a José Smith, quien entró en su priemra relación plural plena en abril de 1841, la revelación de julio de 1843 declara: “He aquí, he visto tus sacrificios, y perdonaré todos tus pecados; he visto tus sacrificios al obedecer lo que te he mandado. Ve, pues, y te prepararé la manera de escapar, así como acepté de Abraham la ofrenda de su hijo Isaac (v. 50; véase también 60).
El historiador no SUD Jan Shipps observó que la poligamia incrementó el compromiso que los miembros tenían con la Iglesia: "Lo que hizo el matrimonio plural fue hacer que la gente se comprometiera con la iglesia. Los unió y los hizo comprometerse. Siempre tiene un propósito el crear un movimiento o una tradición… Las tradiciones religiosas llegan a existir a causa del dolor y de la euforia a la vez”.13
El Élder Bruce R. McConkie explicó: “Hubieron muchas razones importantes por las que el Señor reveló la doctrina de la pluralidad de esposas; pero si hubiera servido únicamente para separar la paja del trigo, y para apartar a los inestables y faltos de fe de las bendiciones plenas del evangelio, hubiese estado más que justificado.14
La prueba y la oportunidad asociada de las bendiciones por la obediencia fueron removidas por medio del Manifiesto de 1890. En ese momento, Wilford Wooduff, “aquel” que tenía las llaves que autorizaban todos los matrimonios eternos válidos, declaró que el mandamiento de practicar el matrimonio plural ya no era obligatorio para los Santos, y que tenían que vivir en monogamia como los santos del Libro de Mormón. Catorce años más tarde, en 1904, el presidente Joseph F. Smith ya no permitió que se realizaran nuevos matrimonios plurales. El apóstol Joseph F. Smith explicó:


Hay mucho que se ha dicho en cuanto a nuestro matrimonio plural… es un principio que pertenece a la vida eterna, en otras palabras, a vidas sin fin, o aumento eterno. Es una ley del Evangelio que pertenece al reino celestial, aplicable a todas las dispensaciones del evangelio cuando el Señor lo manda y no de otra manera, y nunca es aceptado por Dios, ni es vinculante al hombre, a menos que sea dado como mandamiento, no únicamente dado en esta dispensación, sino particularmente adaptado a las condiciones y necesidades de la misma, y a las circunstancias, responsabilidades, y a los deberes personales y vicarios del pueblo de Dios en esta época del mundo.15
A pesar de la sinceridad de la convicción de muchos poligamistas modernos, ellos no están autorizados, de modo que sus uniones plurales “no son valid[a]s”,  (D&C 132:18) y les acarreará condenación.
El matrimonio plural proporcionó cuerpos para espíritus premortales nobles, ya que se estableció para “multiplicarse y henchir la tierra”
La tercera razón que dio José Smith para la práctica del matrimonio plural se cumple cuando las parejas polígamas “[multiplican e hinchan] la tierra”. Es por medio de estos matrimonios que se crean familias adicionales devotas en las que los espíritus “nobles y grandes” pueden nacer (véase Abraham 3:22). La revelación sobre el matrimonio celestial afirma: “porque [las esposas plurales] le son dadas a él [su esposo] para multiplicarse y henchir la tierra, de acuerdo con mi mandamiento… a fin de que engendren las almas de los hijos de los hombres…” (D&C 132:63).
Charles Lambert, habitante de Nauvoo, recordó: “El Profeta acostumbraba algunas veces tener reuniones en una cabaña de troncos suya… En una de esas reuniones dijo que deseaba tener un pueblo al que pudiera revelar lo que el Señor le había mostrado. Pero tengo que decir algo, existen miles de espíritus que han estado esperando venir en este día y en esta generación. El canal apropiado es a través el sacerdocio, y se ha brindado una manera. Pues ha llegado el tiempo y deben apartarse”16
 Helen mar Kimball concuerda: “Se le reveló a él [José Smith] que hay miles de espíritus que aún no han nacido, que están aguardando ansiosamente el privilegio de tomar sobre sí un tabernáculo de carne, para que su gloria sea total.17
Brigham Young también compartía esta creencia, explicando que “Esta revelación [que autorizaba el matrimonio plural], que Dios le dio a José, tenía el propósito específico de proporcionar un canal para organizar tabernáculos para que sean ocupados por aquellos espíritus que fueron preservados para nacer en el reino de Dios, y que éstos no se vean obligados a tomar tabernáculos fuera del reino de Dios.”18
El presidente Young también advirtió que pasaban los espíritus que nacían en familias inicuas:
Les he dicho muchas veces que existen multitudes de espíritus puros y santos que desean tomar tabernáculos; ahora, ¿cuál es nuestro deber?: preparar tabernáculos para ellos; tomar acción con el fin de no permitir que aquellos espíritus tengan que nacer en las familias de los inicuos, donde ellos aprenderán la maldad, el libertinaje, y toda clase de crímenes. Es el deber de todo varón y mujer recta preparar tabernáculos para todos los espíritus que puedan; de modo que, si mis mujeres se van, iré y buscaré otras que cumplan la ley celestial, y dejaré que ellos vengan a dónde les plazca; pues les enviaré el evangelio a ellos. Esta es la razón por la que se reveló la doctrina de la pluralidad de esposas, con el fin de que los nobles espíritus que esperan tener tabernáculos puedan lograrlo.19
Orson Pratt enseñó en 1852 que antes de la mortalidad hubieron espíritus en el mundo premortal que “fueron llamados nobles y grandes, reservados para la dispensación del cumplimiento de los tiempos para venir a la tierra a través de un linaje noble que pueda entrenar sus jóvenes y tiernas mentes con las verdades de la eternidad, para que crezcan en el Señor, y sean fuertes en el poder de Su fuerza, sean investidos con Su gloria, sean llenos de una fe excepcional; para que las visiones de la eternidad puedan desplegarse en sus mentes; para que lleguen a ser Profetas, Sacerdotes y Reyes del Más Alto Dios.”20
.La poligamia aumentaría las posibilidades de que estos nobles espíritus nacieran en la mortalidad a través de un “linaje noble”. El hermano de Orson, Parley, estaba de acuerdo, afirmando:
De nuevo, fue una ley del antiguo Sacerdocio, y se ha restaurado otra vez, para que un hombre que sea fiel en todas las cosas pueda, por la palabra del Señor, por medio de la administración de aquel que posee las llaves para atar en la tierra y en el cielo, recibir y asegurar para sí mismo, por tiempo y por toda la eternidad, más de una esposa. Así fue con Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, y los Patriarcas y Profetas de la antigüedad. El principal objeto contemplado por esta ley es que se multipliquen los hijos nacidos de padres buenos y dignos, y enseñarles los principios de salvación. Esto es preferible a enviarlos al mundo mediante el linaje de padres indignos o ignorantes, para ser educados en el error, la estupidez, la ignorancia y el crimen.”21
A pesar de estas ventajas obvias, se podría argumentar que cuantas más esposas e hijos tiene un hombre, también tiene menos tiempo personal para pasar con cada uno de ellos. En consecuencia, su influencia directa es paradójicamente diluida. Sin embargo, se podría argüir que sus creencias y su rectitud podrían permanecer presentes e influenciar en ellos en la medida en la que sus esposas hagan eco de sus convicciones al interactuar con sus propios hijos. Además, se podría entender que su paternidad literal proporciona una expansión del linaje de la Casa de Israel por medio del cual esos espíritus pueden nacer.
Desafortunadamente, algunos autores han hecho parecer que la reproducción sexual – el “multiplicarse y henchir la tierra – era la principal razón del matrimonio plural.22
 Ellos insinúan que la líbido de José Smith fue la fuerza impulsora para establecer la poligamia entre los Santos de los Últimos Días. Un autor fue demasiado lejos al escribir que: “De lo único que se trató el Matrimonio celestial fue sexo e hijos”.23 Otro proclamó: “La intención de la doctrina de Smith es clara: reproducirse y proporcionar cuerpos para los hijos.”24Estas valoraciones son incompletas y potencialmente engañadoras. El multiplicarse y henchir la tierra fue una de las tantas razones por las que se restauró la poligamia, pero no es la más importante. La cuarta razón (discutida más adelante) es eternamente relevante y por lo tanto, muchísimo más significativamente. Y ésta última razón no requería ejercer la sexualidad en la tierra.

El matrimonio plural dio la oportunidad de que toda mujer digna sea sellada a un esposo por toda la eternidad “para su exaltación en los mundos eternos”
La revelación sobre el matrimonio plural y celestial (D&C 132) explica la cuarta razón por la que se necesitaba restaurar la poligamia. Comienza explicando que José, en oración, le preguntó al Señor “para saber y entender como es que yo, el Señor, justifiqué a mis siervos Abraham, Isaac y Jacob, como también a Moisés, David y Salomón, mis siervos, tocante al principio y doctrina de tener muchas esposas y concubinas” (D&C 132:1). Claramente la pregunta inicial fue en cuanto a la poligamia, pero el tema no se menciona sino hasta el versículo 34, y “multiplicarse y henchir” no se menciona sino hasta el versículo 63.
En vez de eso, en lo que parece una serie de casi alternancia de temas al azar, la revelación rápidamente hace énfasis en la necesidad de la autoridad del sacerdocio para sellar, o unir, cosas en la tierra, con el propósito de que estén juntas después de la muerte:
Y de cierto te digo que las condiciones de dicha ley son éstas: Todos los convenios, contratos, vínculos, compromisos, juramentos, votos, prácticas, uniones, asociaciones o aspiraciones que no son hechos, ni concertados, ni sellados por el Santo Espíritu de la promesa, así por el tiempo como por toda la eternidad, mediante el que ha sido ungido, y eso también de la manera más santa, por revelación y mandamiento, por conducto de mi ungido, a quien he nombrado sobre la tierra para tener este poder (y he nombrado a mi siervo José para que tenga este poder en los últimos días, y nunca hay mas de una persona a la vez sobre la tierra a quien se confieren este poder y las llaves de este sacerdocio), ninguna eficacia, virtud o fuerza tienen en la resurrección de los muertos, ni después; porque todo contrato que no se hace con este fin termina cuando mueren los hombres. (D&C 132:7).
Esta desviación inmediata para discutir el poder del sacerdocio sugiere que la razón principal para la “pluralidad de esposas”, aún en el Antíguo Testamento, es complicada y puede trascender el simple mandamiento de “multiplicarse y henchir” la tierra (tal como algunos escritores han asumido en el pasado). El versículo 7 también identifica a “un” hombre que posee las llaves y controla la autoridad para sellar. El siguiente versículo enfatiza el orden que lo rodea y la autoridad que él controla: “He aquí, mi casa es una casa d orden, dice Dios el Señor, y no de confusión” (D&C 132:8). La necesidad de orden se repite otra vez en el versículo 18.

Ejemplo #1: “Todas las cosas”
Después, la revelación proporciona cuatro ejemplos para ayudar a los lectores a entender la supremacía de esta autoridad para sellar y como debe ejercerse, pero estos ejemplo no dicen nada en cuanto al matrimonio plural. El dar cuatro distintas ilustraciones para ayudar a entender a los lectores a entender un concepto del evangelio es singular en las escrituras SUD. Aparentemente Dios desea que sus seguidores entiendan este poder y como funciona en la tierra y en la eternidad.
El versículo 13 presenta el primer ejemplo informando a los observadores que “todas las cosas” en la mortalidad que no sean de Dios ni por Su palabra serán “derribadas” en la eternidad.
Y todas las cosas que hay en el mundo, ya sean prescritas por los hombres, por tronos, o principados, o poderes, o cosas de renombre, cualesquiera que fueren, y que no sean de mí ni por mi palabra, serán derribadas, dice el Señor, y no permanecerán después que los hombres mueran, ni tampoco en la resurrección, ni después, dice el Señor tu Dios.” (D&C 132:13)
De varias formas, el versículo 13 reitera los principios explicados antes en el versículo 7.
Ejemplo #2: Matrimonio Legal
El segundo ejemplo está en el versículo 15, el cual reduce el “todas las cosas” a un convenio específico – el matrimonio legal:
Por consiguiente, si un hombre se casa con una mujer en el mundo, y no se casa con ella ni por mí ni por mi palabra, y él hace convenio con ella mientras él esté en el mundo, y ella con él, ninguna validez tendrán su convenio y matrimonio cuando mueran y estén fuera del mundo; por tanto, no están ligados por ninguna ley cuando salen del mundo. (D&C 132:15)
En otras palabras, los matrimonios que no se realizan por la autoridad selladora que posee aquel hombre mencionado en el versículo 7 no durarán después de la muerte.
Antes de ir al tercer ejemplo, la revelación agrega comentarios importantes en los siguientes dos versículos. Explican un extraordinario concepto en cuanto a las consecuencias que vienen sobre los individuos que no accesan a ese poder del sacerdocio en sus matrimonios (como se describe en el versículo 15):
Por tanto, cuando están fuera del mundo ni se casan ni se dan en casamiento, sino que son nombrados ángeles en el cielo, ángeles que son siervos ministrantes para ministrar a aquellos que son dignos de un peso de gloria mucho mayor, y predominante, y eterno. Porque éstos ángeles no se sujetaron a mi ley; por tanto, no pueden tener aumento, sino que permanecen separada y solitariamente, sin exaltación, en su estado de salvación, por toda la eternidad; y en adelante no son dioses, sino ángeles de Dios para siempre jamás. (D&C 132:16-17).
Según estos versículos, las penalidades de no acceder a la autoridad selladora al casarse son mucho más que simplemente experimentar un divorcio eterno al morir. Estas dos oraciones explican que tales individuos son “nombrados ángeles en el cielo” para ser “siervos ministrantes” de seres resucitados más dignos. Ellos “permanecen separada y solitariamente, sin exaltación, en su estado de salvación, por toda la eternidad”. Esto es condenación en el contexto de la revelación (vv. 4, 6).
Para reiterar, las parejas cuyos matrimonios no son sellados por la autoridad adecuada, viven “sin exaltación… por toda la eternidad”. Estos dos versículos nos dan el primer indicio de las enseñanzas de José Smith en cuanto a la relación entre el matrimonio eterno y la “exaltación”. La exaltación es “gloria en todas las cosas” (v. 19). Es recibir “todas las cosas,” (D&C 76:55) y “[vencer] todas las cosas” (D&C 76:60), y Dios “los hace iguales en poder, en fuerza y en dominio” (D&C 76:95) a Él. Ellos también reciben “todo lo que [el] Padre tiene” (D&C 84:38) y una plenitud de la gloria celestial (D&C 88:29). Esto es ser “dioses” (D&C 132:20; véase también D&C 76:58).
D&C 132:16-17 declara que las bendiciones de la exaltación vienen solo a parejas heterosexuales que son selladas por la debida autoridad y viven dignamente. En otras palabras, no existen hombres solteros (sin sellar) o mujeres solteras (sin sellar) en el más alto cielo, el más alto reino celestial. El 16 de mayo de 1843 William Clayton registró que José Smith aclaró que “en la gloria celestial hay tres cielos o grados; y para alcanzar el más alto, el hombre tiene que entrar en este orden del sacerdocio; y si no lo hace, no puede alcanzarlo. Podrá entrar en el otro, pero ése es el límite de su reino”25
 (Véase también (D&C 131:1-4). El Profeta también aludió públicamente a este principio: “Aquellos que no guardan la Ley eterna en esta vida ni concertan un convenio eterno estarán solteros y solos en el mundo eterno.”26 En otras palabras, cada hombre y cada mujer deben estar sellados a un cónyuge eterno o no pueden ser exaltados.
D&C 132:16-17 enseña una asombrosa doctrina que une la exaltación con el matrimonio eterno, y como consecuencia introduce nuevas preocupaciones. Es claro que se requeriría un número igual de varones y mujeres dignos en el juicio final si es que la monogamia fuera la única dinámica marital que existiera en el reino celestial. De no ser así, un hombre o una mujer digna estarían condenados a una soltería eterna en un reino menor simplemente por no exisitr suficientes cónyuges dignos alrededor.
Hasta el momento no habría sido obvio por qué la pregunta de José Smith en cuanto a la poligamia brindaría una respuesta que enseña sobre el matrimonio eterno. Sin embargo, a menos que haya una igualdad numérica de género en el juicio final, sería necesario una “pluralidad de esposas” o una “pluralidad de esposos” para atenuar la posibilidad de que un hombre o mujer digno pierda la exaltación sin tener la culpa de ello. Aparentemente, no es posible traer otras personas de los “incontables mundos” (Moisés 1:33) que Dios ha creado (D&C 130:5).
Con esto en mente, llega a ser más claro por que era necesario hablar del matrimonioeterno como respuesta a la pregunta de José Smith en cuanto al matrimonio plural. Esta explicación sobre la autoridad para sellar en la Sección 132 no es una seríe de temas aleatorios, sino que esta sección expone el fundamento de por qué se incluye dentro del evangelio alguna forma de pluralidad. Versículos posteriores de la revelación proporcionan detalles adicionales.
Ejemplo #3: Individuos Sinceros Sin la Debida Autoridad
En este punto, los lectores podrían esperar que la revelación explique lo que sucede cuando una pareja obediente es sellada por la debida autoridad, cumpliendo de esta manera con todos los requerimientos. Sin embargo, hay una situación matrimonial que necesita ser explorada antes de aprender sobre las bendiciones que vienen con la obediencia a la ley. Este tercer ejemplo se explica en el versículo 18 de D&C 132:
Además, de cierto te digo que si un hombre se casa con una mujer, y hace convenio con ella por el tiempo y por toda la eternidad, y si ese convenio no se efectúa por mí ni por mi palabra, que es mi ley, ni es sellado por el Santo Espíritu de la promesa, por medio de aquel a quien he ungido y nombrado a este poder, entonces no es válido, ni está en vigor cuando salen del mundo, porque no están ligados por mí ni por mi palabra, dice el Señor; cuando estén fuera del mundo no se podrá aceptar allá, porque los ángeles y los dioses son nombrados para estar allí, y no podrán pasar más allá de ellos; de modo que, no pueden heredar mi gloria, porque mi casa es una casa de orden, dice Dios el Señor.(D&C 132:18; el resaltado es mío; véase también v. 8).
Este versículo expresa una vez más el mandamiento en cuanto al orden y la irrefutable necesidad de la autoridad de “aquel” que la posee para crear un matrimonio eterno válido. Esto indica que aún usando el lenguaje de sellamiento ceremonial correcto, esto no es suficiente; que la sinceridad, un ardor en el pecho (o sea, una revelación personal – véase D&C 9:8-9), ni/o la tradición son incapaces de cubrir la falta de la debida autoridad para sellar. Parece que este versículo específicamente trata sobre la situación de todos los mormones fundamentalistas pilígamos (por ejemplo, Warren Jeffs y los SUDF, “Las Esposas Hermanas”, los Kingston, los Allred – AUB, etc). Por muchas razones, sus reclamos en cuanto a la posesión de las llaves de la autoridad para sellar son incorrectos e indefendibles histórica y teológicamente.27
En consecuencia, sus matrimonios plurales “no [son] válido[s], ni está[n] en vigor cuando salen del mundo” y traerá sobre ellos condenación. Por ejemplo, en 1847, cuando W. W. Phelps se casó con esposas plurales, pero sin tener la autoridad de Brigham Young, fue excomulgado. Brigham Young le permitió rebautizarse rápidamente, pero le dijo a Phelps que cada vez que tuvo relaciones sexuales con aquellas mujeres había cometido adulterio, porque esas ceremonias matrimoniales no habían sido autorizadas.28
Ejemplo #4: Parejas Dignas Selladas por la Debida Autoridad


El cuarto ejemplo se encuentra en D&C 132:19-20, que explica los beneficios eternos que obtienen las parejas monógamas que son selladas por la debida autoridad y que viven dignamente:
Y además, de cierto te digo, si un hombre se casa con una mujer por mi palabra, la cual es mi ley, y por el nuevo y sempiterno convenio, y les es sellado por el Santo Espíritu de la promesa, por conducto del que es ungido, a quien he otorgado este poder y las llaves del sacerdocio… [heredarán] tronos, reinos, principados, potestades y dominios, toda altura y toda profundidad… y si cumplen mi convenio… estará en pleno vigor cuando ya no estén en el mundo; y los ángeles y los dioses que están allí les dejarán pasar a su exaltación y gloria en todas las cosas, según lo que haya sido sellado sobre su cabeza, y esta gloria será una plenitud y continuación de las simientes para siempre jamás. Entonces serán dioses, porque no tendrán fin; por consiguientes, existirán de eternidad en eternidad, porque continuarán; entonces serán dioses, porque tendrán todo poder, y los ángeles estarán sujetos a ellos. (D&C 132:19-20).
Al llegar el versículo 20 los lectores han aprendido varios importantes principios. Primero, se les ha enseñado en cuanto a la autoridad del sacerdocio que puede sellar convenios en la tierra para que duren en el cielo. Segundo, este poder puede aprobar una unión matrimonial creando una pareja eterna. Tercero, junto con la obediencia, esa pareja monógama puede ser exaltada y ellos pueden llegar a ser “dioses” después de la resurrección, sin necesidad de la poligamia.
Los versículos del 7 al 20 bosquejan lo que puede ser considerada la doctrina suprema enseñada por José Smith: El matrimonio eterno y la deificación. Irónicamente, este concepto teológico asombroso no tiene nada que ver directamente con el matrimonio plural, aún cuando fue dado en respuesta a una pregunta en cuanto a ello.

La Necesidad de la Pluralidad
Como se explicó anteriormente, José Smith enseñó que la exaltación sólo es posible para individuos que se han casado por la eternidad (sellados). Este principio del evangelio crea un problema innegable si la monogamia es la única dinámica marital celestial. Cualquier disparidad en el número de hombres o mujeres dignos en el juicio final resultaría en la condenación de algunas de las personas obedientes que no hayan podido tener un cónyuge. Esta realidad crea la necesidad de una ordenanza del sacerdocio que compense el exceso de hombres o mujeres dignos.
Surge entonces la pregunta de si habrá más hombres o mujeres rectas en el juicio final. Los datos demográficos actuales de los últimos 300 años muestran que el 51.2% de nacimientos son de varones y el 48.8% son mujeres. Sin embargo, los sociólogos Eric Brain y Marie Jaisson reconocen que “la naturaleza imperfecta de las figuras de registro la conocen bien los especialistas.”29
 También reconocen la “naturaleza oscilatoria que tiende a un equilibrio entre los sexos” que sube y baja cada milenio, en vez de hacerlo cada siglo.30 Trescientos años de estadísticas incluyen solo una fracción de la existencia humana. Puesto que este fenómeno surge de factores fisiológicos reproductivos sin identificar, no se puede garantizar una tendencia constante en los milenios anteriores.
Además, parece que existe un proceso conflictivo que compensa la discrepancia en los ratios de nacimiento por género. Brigham Young enseñó que: “El hecho es, dejen que los principios puros del reino de Dios sean enseñados a los hombres y las mujeres, y muchas más de ellas que de ellos los recibirán y los obedecerán”.31
 Múltiples análisis realizados en siglos pasados en cuento a la participación de los sexos en las iglesias cristianas revelan una mayor participación de mujeres. En su libro publicado en 1958,Comportamiento Religioso, Michael Argyle concluye: “es obvio que las mujeres son más religiosas en cada criterio.”32 En cada estudio, el ratio de creyentes femeninas versus los creyentes masculinos sobrepasa el ratio de nacimiento de varones sobre las mujeres. La anticipación de más mujeres dignas que varones también se refleja en la Sección 132. Los versículos posteriores finalmente se enfocan en el tema de la poligamia. Se aprueba la pluralidad de esposas (vv. 34,37-39, 52, 55, 61-65) y desaprueba la pluralidad de esposos (vv. 41-42, 61-63).
Específicamente, el versículo 63 declara que la pluralidad de esposos es adulterio y que la pluralidad de esposa es “para su exaltación [de las esposas] en los mundos eternos”.
Sin explicar la razón, la Sección 132 anticipa más mujeres dignas que hombres en el juicio final, en vez de un número igual o un exceso de hombres calificados. Aparentemente, el Dios de José Smith, quien es descrito como conocedor del “fin desde el principio” (Abraham 2:8), puede predecir el futuro, eliminando así la necesidad de prever todos los resultados posibles. “En la eternidad se necesita una “pluralidad de esposas” y por lo tanto debe ser practicada por algunos de los seguidores de Dios sobre la tierra. De manera que, aunque no todos los hombres tendrán la necesidad de sellarse a varias esposas, algunos sí lo harán.
En 1869, el apóstol George A. Smith reflexionó en cómo beneficiaría una pluralidad de esposas a las mujeres: “Él [José Smith] se regocijó en que se le permitió cumplir su misión y pudo poner más allá del poder de destrucción de los hombres una institución que redimiría al sexo femenino de la degradación y exaltaría a la humanidad hasta alcanzar la gloria y aumentos celestiales.33
 Además, Orson Pratt reconoció que una vez que se reveló que la exaltación requería el matrimonio, era necesaria la poligamia: “Así veis que desde el mismo momento en el que admitimos la eternidad del matrimonio… la pluralidad la acompaña necesariamente… la pluralidad de esposas necesariamente debe existir en la eternidad.34 Además señaló:
Aquí está un hombre que se ha casado con una esposa por tiempo y por toda la eternidad; y aquí hay una mujer que no ha tenido el privilegio de estar casada, así como miles y decenas de miles que están en todo los Estados y en todo el mundo, entre todas las naciones de la cristiandad: ellas tienen que vivir en un estado contrario a su deseo, y mueren solteras, sin un esposo para el tiempo o para la eternidad… ¿Sería correcto, sabiendo el concepto de que el matrimonio es para existir, no solo por el tiempo, sino por toda la eternidad, que una mujer, la cual es buena, moral y virtuosa, deba permanecer sin un esposo por toda la eternidad, sólo porque no ha tenido la oportunidad de casarse?35
Estas observaciones nos brindan varias conclusiones. Primero: el propósito principal del matrimonio eterno y del matrimonio plural es permitir que todos los varones y todas las mujeres dignas sean aptos para la exaltación. Segundo, sellamientos “solo por la eternidad” que no involucran sexualidad en la tierra permiten que se alcance este objetivo. Tercero, la respuesta principal a la pregunta del Profeta en cuanto a la poligamia parece ser que esta permite que todas las mujeres dignas sean selladas en matrimonio con el fin de evitar su condenación. Cuarto, en las enseñanzas del Profeta, la poliandría es innecesaria en la tierra o en el cielo, y tales relaciones pueden ser condenadas sin traer ninguna consecuencia eterna para el varón digno. Quinto, aunque una de las razones de la poligamia es “multiplicarse y henchir” la tierra en la mortalidad, es una consideración menor cuando se le compara a las bendiciones eternas que ofrecen los sellamientos. Sexto, la Sección 132 explica que la poligamia es un componente del plan de salvación, pero que miles de millones de parejas monógamas rectas pueden ser exaltadas sin ella. Séptimo, es el matrimonio eterno, y no el matrimonio plural, lo que constituye la enseñanza teológica suprema de José Smith.
Brigham Young reconoció que es la relación matrimonial, y no la pluralidad de esposas, la que es “el hilo que corre desde el principio hasta el fin” en el plan de Dios para Sus hijos:
[Entender] todo el asunto de la relación matrimonial [no el matrimonio plural] no está a mi alcance, ni al alcance de cualquier otro hombre sobre la tierra. Es sin principio de días o fin de años; es una materia muy difícil de alcanzar. Podemos decir algunas cosas tocante a ella; que es el fundamento de los mundos, de los ángeles y de los Dioses; que existe para que los seres inteligentes sean coronados con gloria, inmortalidad y vidas eternas. De hecho, es el hilo que corre desde el principio hasta el fin del santo Evangelio de salvación – del Evangelio del Hijo de Dios; de eternidad en eternidad.36

Te recomendamos: "Misionero mormón desarmó y se enfrentó a delincuentes"
 Notas:
  1. Sherman era un amigo cercano y un devoto seguidor de José Smith. Fue llamado como apóstol, pero murió antes saber que había sido llamado. Véase de Lyndon W. Cook, “Lyman Sherman—Man of God, Would-Be Apostle,” 121–24.
  2. Dean R. Zimmerman, I Knew the Prophets: An Analysis of the Letter of Benjamin F. Johnson to George F. Gibbs(Bountiful, Utah: Horizon, 1976), 37–38; Joseph H. Jackson se refirió a tres mujeres en Nauvoo que servían como intermediarias como “Madres en Israel.” Joseph H. Jackson, A Narrative of the Adventures and Experiences of Joseph H. Jackson in Nauvoo, Exposing the Depths of Mormon Villainy (Warsaw, Illinois: August 1844, reprinted Morison, Illinois: Karl Yost, 1960), 13, accesado en Diciembre 5, 2009,http://www.archive.org/stream/adenturesexperi00jack#page/4/mode/2up.
  3. Helen Mar Whitney, Plural Marriage as Taught by the Prophet Joseph: A Reply to Joseph Smith [III], Editor of the Lamoni Iowa “Herald,”(Salt Lake City: Juvenile Instructor Office, 1882), 11; véase también Jeni Broberg Holzapfel y Richard Neitzel Holzapfel, eds., A Woman’s View: Helen Mar Whitney’s Reminiscences of Early Church History (Provo, Utah: Bookcraft, 1992), 142–43. Véase también Joseph A. Kelting, “Affidavit,” March 1, 1894, images 11–16a; see also Kelting, “Statement,” Juvenile Instructor 29 (May 1, 1894): 289–90.
  4. Joseph A. Kelting, “Statement,” Joseph Smith Affidavits, CHL, Ms 3423, Folder 2, images 11–16a; itálicas agragadas. Véase también Juvenile Instructor, 29 (May 1, 1894): 289–90.
  5. Véase Fawn M. Brodie, No Man Knows My History: The Life of Joseph Smith, the Mormon Prophet, 2nd rev. ed. (New York: Alfred A. Knopf, 1971), 297.
  6. Holzapfel y Richard Holzapfel, eds., A Woman’s View, 140.
  7. Helen Mar Kimball Whitney, Why We Practice Plural Marriage(Salt Lake City: Juvenile Instructor Office, 1884), 23–24; véase también la pág 8.
  8. John Taylor, Journal of Discourses, 11:221.
  9. Brigham Young, Julio 14, 1855, Journal of Discourses, 3:265.
  10. Declaración de Lucy Walker statement, citado en Lyman Omer Littlefield, Reminiscences of Latter-day Saints: Giving an Account of Much Individual Suffering Endured for Religious Conscience(Logan, Utah: Utah Journal Co, 1888), 50–51.
  11. Maureen Ursenbach Beecher, ed., The Personal Writings of Eliza Roxcy Snow(Logan: Utah State University Press, 2000), 17.
  12. Kenneth W. Godfrey, Audrey M. Godfrey, y Jill Mulvay Derr, Women’s Voices: An Untold History of the Latter-day Saints, 1830–1900(Salt Lake City: Deseret Book Company, 1982), 278.
  13. Citado en Heidi S. Swinton, American Prophet: The Story of Joseph Smith(Salt Lake City: Shadow Mountain, 1999), 140; véase también Eugene England,“On Fidelity, Polygamy, and Celestial Marriage” Dialogue: A Journal of Mormon Thought 20, no. 4 (Invierno 1987): 45–46.
  14. Bruce R. McConkie, Doctrinal New Testament Commentary(Salt Lake City: Bookcraft, 1974), 1:361–62.
  15. Joseph F. Smith, Julio 7, 1878, Journal of Discourses, 20:26; itálicas agregadas.
  16. Charles Lambert, “Autobiography,” CHL; citado en Danel W. Bachman, “The Authorship of the Manuscript of Doctrine and Covenants Section 132,” en Sidney B. Sperry Symposium: A Sesquicentennial Look at Church History, Enero 26, 1980(Provo, Utah: Religious Instruction, BYU, 1980), 43n44.
  17. Whitney, Why We Practice Plural Marriage, 7.
  18. Brigham Young, Julio 14, 1855, Journal of Discourses, 3:265; see also 16:166.
  19. Brigham Young, Septiembre 21, 1856, Journal of Discourses, 4:56.
  20. Orson Pratt, Agosto 29, 1852, Journal of Discourses, 1:62.
  21. Parley P. Pratt, Key to the Science of Theology(Liverpool: F. D. Richards, 1855), 161–63; énfasis en el original.
  22. Véase por ejemplo, Gary James Bergera, “Vox Joseph Vox Dei: Regarding Some of the Moral and Ethical Aspects of Joseph Smith’s Practice of Plural Marriage,” The John Whitmer Historical Association Journal31, no. 1 (Spring/Summer 2011): 42.
  23. George D. Smith, Persuading Men and Women to Join in Celestial Marriage,” The John Whitmer Historical Association Journal, 30 (2010): 161.
  24. Gary Bergera en la sesión de crítica con el autor Brian C. Hales, Agosto 2, 2013, Sunstone Symposium, Salt Lake City, Utah.
  25. George D. Smith, ed, An Intimate Chronicle: The Journals of William Clayton(Salt Lake City: Signature Books, 1995), 102.
  26. Andrew F. Ehat, y Lyndon W. Cook, eds, The Words of Joseph Smith: The Contemporary Accounts of the Nauvoo Discourses of the Prophet Joseph Smith(Provo, Utah: Brigham Young University Religious Studies Center, 1980), 357; Franklin D. Richards reporting. 16 Julio 1843, 232. Véase también Lorenzo Snow, “Discourse,” Millennial Star 61, no. 35 (Mayo 8, 1899): 547–48.
  27. See Brian C. Hales, Modern Polygamy and Mormon Fundamentalism: The Generations after the Manifesto(Salt Lake City: Greg Kofford Books, 2006), y Brian C. Hales, Setting the Record Straight: Mormon Fundamentalism (Salt Lake City: Millennial Press, 2008).
  28. Véase Juanita Brooks, ed., On the Mormon Frontier: The Diary of Hosea Stout, 1844-1861, 2 vols. (Salt Lake City: University of Utah Press, 1964), 1:289. Minutes of Public and Private Meetings (Dic 2-Dic7, 1847): Meetings of Apostles, Ms, 16 páginas, manuscrito, en d1234, Misc Minutes, BY Papers, CHL; D. Michael Quinn Papers, Yale University, Special Collections, Uncat. WA MS. 98, 881028, bx6, fd 5.
  29. Eric Brian y Marie Jaisson, The Descent of Human Sex Ratio at Birth: A Dialogue between Mathematics, Biology and Sociology(Dordrecht, The Netherlands: Springer, 2007), 145–46.
  30. Brian y Jaisson, The Descent of Human Sex Ratio at Birth, 181.
  31. Brigham Young, Junio 23, 1874, Journal of Discourses, 18:249.
  32. Michael Argyle, Religious Behavior(London: Routledge and Kegan Paul, 1958), 52.
  33. George A. Smith a Joseph Smith III, Octubre 9, 1869, “Journal History” for date Richard E. Turley, Jr. Selected Collections from the Archives of The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, (Provo, Utah: Brigham Young University Press, 2002), 2: DVD 5.
  34. Orson Pratt, Julio 11, 1875, Journal of Discourses, 18:55.
  35. Orson Pratt, Julio 24, 1859, Journal of Discourses, 6:358–59.
  36. Brigham Young, Octubre 6, 1854 Journal of Discourses, 2:90. Es importante resaltar que en los comentarios de Brigham Young su observación sobre que la “relación matrimonial”, refiriéndose al matrimonio eterno, no exclusivamente al matrimonio plural, comprende el” fundamento de los mundos… y de los Dioses.”

Hernán Felipe Toledo

Ingeniero, viajero, creador de comunidades y amante de difundir inspiración. Actualmente sirve en una Presidencia de Estaca.

Comenta con Facebook

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente

Formulario de contacto