Las parejas SUD de todas las edades hablan de servir juntos una misión cuando se jubilen. Para algunos, su misión en matrimonio será la primera misión de tiempo completo que sirven, y están emocionados por finalmente cumplir con un sueño de toda la vida.
Pero las parejas a menudo creen que su misión es algo en lo que trabajar cuando sean mayores. Es posible que no se den cuenta de que hay cosas que pueden hacer ahora que harán posible su futura misión. Aquí hay tres cosas a considerar:
Finanzas
En primer lugar, las misiones cuestan dinero. Para los misioneros jóvenes, la Iglesia tiene una cantidad fija que cada misionero contribuye para su misión, sin importar a dónde sirvan. Actualmente, esa cantidad se fija en 400 dólares al mes. Las parejas mayores, sin embargo, pagan el costo real de su misión, que puede variar de alrededor de $1,500 a casi $4,000 dólares al mes.
Y mientras algunos misioneros mayores consideran usar sus pagos de jubilaciones para ayudar a financiar sus misiones, estos pagos pueden no ser suficientes para cubrir grandes gastos como seguros y computadoras.
Por ejemplo, si siempre has soñado con servir en Londres, Inglaterra, debes ser consciente de que es una ciudad muy cara para el servicio misional. Si aprendiste japonés en tu misión cuando joven y deseas regresar a Japón, debes saber de que todas las misiones japonesas cuestan actualmente alrededor de 3.000 dólares al mes. Las misiones en el templo, por otro lado, tienden a costar menos porque muchos templos ofrecen alojamiento a los misioneros mayores.
Con anticipación, las parejas necesitan mirar las opciones de la misión y los diversos gastos asociados con esas opciones. Entonces pueden modificar su misión ideal si es necesario y comenzar una cuenta de ahorros para la misión, al igual que como los jóvenes futuros misioneros lo hacen.
Comenta con Facebook