por Hernán Toledo.
El siguiente es uno de mis relatos favoritos sobre este tema.
David Whitmer explica cómo José tuvo que ser humilde, contrito, libre de contención y en sintonía con el Espíritu Santo para que los traductores trabajaran.
Según sus palabras:
"Él [José Smith] era un hombre religioso y sencillo, como era de esperar, porque era analfabeto y no podía hacer nada por sí mismo, tenía que confiar en Dios. No podía traducir a menos que fuera humilde y poseyera los sentimientos correctos hacia los demás... para ilustrarlo: Una mañana, cuando se estaba preparando para continuar la traducción, algo malo pasó en su casa y se lo hicieron saber. Fue algo que Emma, su esposa, había hecho. Oliver y yo subimos las escaleras y José se acercó poco después para continuar con la traducción, pero no pudo hacer nada, no pudo traducir una sola sílaba, bajó las escaleras, entró en el huerto e hizo súplicas al Señor, se fue aproximadamente por una hora. Volvió a la casa, le pidió perdón a Emma y luego subió otra vez las escaleras a donde estábamos y la traducción esta vez siguió perfecto. Él no podía hacer nada salvo que fuera humilde y fiel.
A veces, cuando el hermano José trataba de traducir, miraba en el sombrero en el que estaba colocada la piedra, y le parecía que estaba espiritualmente ciego y no podía traducir. Él nos dijo que su mente pensaba demasiado en cosas terrenales y varias causas lo harían incapaz de proceder con la traducción. Cuando estaba en esta condición, tenía que salir a orar, y cuando se volviera lo suficientemente humilde ante Dios, podría entonces proceder con la traducción. Ahora vemos lo estricto que es el Señor y cómo requiere que el corazón del hombre sea justo a su vista, antes de que pueda recibir revelación de Él".A mí manera de ver, Dios está dispuesto a guiarnos siempre, pero no nos puede obligar a ser guiados. Si no somos capaces de ser moldeables y de invocar el Espíritu Santo en nuestra vida, alejándonos de la contención, Él no nos dará su mensaje. Y parte importante para obtener esa paz espiritual, es amar a nuestros cercanos, no guardar rencor y pedir perdón cuando sea necesario.
Fuentes:
David Whitmer, "Address to All Believers in Christ", March 19, 1881
David Whitmer statement to Wm. H. Kelley, G. A. Blakeslee, of Gallen, Michigan, September 15th, 1882
Braden and Kelley Debate on Divine Origin of Book of Mormon, p, 186. 1884
B. H. Roberts, "Defense of the Faith and the Saints", Vol.1,
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