Extracto del Mensaje El Evangelio y el Amor Romántico de Élder Hafen
El Presidente Packer dijo una vez a estudiantes universitarios:
Los poderes despertados anteriormente en tu vida han estado creciendo. Usted ha estado respondiendo a ellos, probablemente de forma torpe, pero ahora se forman en una inquietud que no puede ser ignorada. Ya tienes edad para enamorarte, no el amor cachorrito de los años de primaria, ni el amor confuso de los adolescentes, sino el amor en toda regla de hombres y mujeres elegibles, recién maduros, listos para la vida. Me refiero al amor romántico, con todo el significado intenso de la palabra, con todo el poder, la turbulencia y la frustración, el anhelo, la restricción y toda la paz, la belleza y la sublimidad del amor. Ninguna experiencia puede ser más hermosa, ningún poder más convincente, más exquisito. O si se usa mal, ningún sufrimiento es más insoportable que el relacionado con el amor. ["Amor eterno", BYU Fireside, 3 de noviembre de 1963]
Al abordar este tema, siento que estoy caminando en tierra santa. Este tema, delicado como es, inspira mi más profunda reverencia. La idea de amor romántico, tan común que se toca en prácticamente cada libro, película o revista, también está en el centro del evangelio de Jesucristo. Es una de las más grandes leyes de Dios que un hombre "deje a su padre y a su madre, y se una a su esposa, y serán una sola carne" (Génesis 2:24). Como dijo el élder Packer: "El amor romántico no es solo una parte de la vida, sino literalmente una influencia dominante de ella. Es profundamente y significativamente religioso. No hay vida abundante sin eso. De hecho, el más alto grado del reino celestial es inalcanzable en ausencia de él".
¿Por qué es la naturaleza tan primorosamente hermosa y llena de armonía? ¿Por qué se nos enternece el corazón a la vista de los niños pequeños que ríen con espontaneidad? Y, ¿por qué el corazón se nos llena especialmente de un gozo inefable cuando los pequeñitos que vemos reír ante nuestros ojos son nuestros propios hijos? Todo lo que sabemos es que Dios mismo ha dicho repetidamente a través de todas las etapas de la humanidad; "Amarás a tu esposa con todo tu corazón, y te allegarás a ella y a ninguna otra" (D. y C. 42:22) y "No... cometerás adulterio, ni harás ninguna cosa semejante" (D. y C. 59:6).
Las Escrituras y los profetas nos aconsejan ser virtuosos, no porque el amor romántico sea malo, sino precisamente porque el amor romántico es bueno; y no sólo es bueno, sino que es puro y valioso, lo mismo que sagrado y santo. Por esa misma razón, una de las más viles artimañas de Satanás tiene comofin hacer profano lo que es sagrado. Es como si Satanás exhibiera ante el mundo una imagen depravada del amor sexual y lo insinúa valiéndose de la imagen de hombres borrachos, obscenos que hablan a gritos y entre risotadas en un burdel, situado en una congestionada y polvorienta carretera de la vida, donde la flor de la virtud de la mujer se trata con desprecio, con brutalidad y es por último destrozada por manos inmundas.
Mientras tanto, allá arriba, en los frescos y protegidos valles de las elevadas montañas, la flor inapreciable de la virtud crece inmaculada y pura; y allí aguarda, como premio magnífico, a los pocos valientes que estén dispuestos a subir a sus alturas pagando el precio de la paciencia, la obediencia y toda una vida de dedicación una vida de lealtad interminable, desprovista de todo egoísmo al cónyuge y a los hijos a quienes servimos, únicamente si nos encontramos en el servicio de nuestro Dios.
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