Con la llegada de Cristo y su ministerio en la tierra, la Ley de Moisés, practicada durante tanto tiempo antes de su venida, se cumplió. "Las cosas viejas habían pasado" y "todas las cosas se habían vuelto nuevas." (3 Nefi 15: 2). Con esta renovación vino una ley mayor, la gente ya no podía medir su rectitud por la cantidad de pasos hechos en el día de reposo o por los animales que sacrificaban.
"Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás", dijo Jesús en su Sermón del Monte, "Pero yo os digo que cualquiera que se enoje con su hermano será culpable de juicio" (Mateo 5: 21-22). Esta ley superior señalaba que el Señor ya no estaba pidiendo que su pueblo simplemente hiciera mecanismos de obediencia. Ahora Él estaba pidiendo un corazón quebrantado y un Espíritu contrito, algo infinitamente más exigente de dar.
La Conferencia General de este fin de semana estuvo lleno de cambios históricos y todos ellos equivalen a la misma advertencia para nosotros; ya no es suficiente marcar casillas de verificación, nuestro momento figurativo de la Ley de Moisés ha llegado a su final.
El anuncio de agosto del 2017 de que las reuniones de la Sociedad de Socorro y del Sacerdocio enfatizarían de nuevo la importancia de los consejos y eliminarían los manuales de enseñanza tradicionales seguidos por el anuncio de octubre del 2017 de que la Iglesia ya no proporcionaría en las Liahonas mensajes de las Maestras Visitantes (y también el anuncio en este año de la eliminación de los Mensajes de la Primera Presidencia en las Liahonas) ya eran indicios distintivos de una transición creciente para los miembros de la Iglesia.
El énfasis en la espiritualidad personal, la revelación y la comprensión individual del Evangelio está creciendo. Durante muchos años, los miembros de la Iglesia pudieron depender de la estructura de los manuales y programas para obtener guía, pero ahora los moldes y las formas se están quitando y cada uno de nosotros debe ver si nuestra propia fortaleza espiritual interna se sostendrá.
El anuncio de este domingo sobre la disolución de los programas de orientación familiar y de maestras visitantes es el siguiente paso sorprendente en un patrón creciente. En el momento y la época en que vivimos, el Señor a través de Sus profetas está dejando en claro que se requerirá más de nosotros. Como dijo el obispo Gérald Caussé en su discurso de la Conferencia, "¿Estamos activos en el Evangelio, o estamos simplemente ocupados en la Iglesia?"
Vivimos en un tiempo en el que incluso los escogidos son engañados, muchos de nosotros hemos confiado en amigos y familiares que eligen alejarse del Evangelio y sospecho que ese patrón solo continuará. En otras palabras, el tiempo ha pasado para ir a la iglesia solo porque tienes amigos allí o porque siempre los tienes. Tenemos que tener hambre de las palabras de Cristo, tenemos que ser estudiantes diarios de la doctrina del Evangelio y estar anhelosamente buscando la guía del Espíritu.
Como el élder Larry Y. Wilson declaró memorablemente en la sesión del domingo por la mañana: "La llegada de un tifón no es el momento para desempolvar el don del Espíritu Santo y descubrir cómo usarlo". Se avecinan grandes tormentas y ya hay grandes tormentas aquí. Ahora es el momento de redoblar nuestros esfuerzos para construir una relación personal con el Salvador y para utilizar la revelación y la guía que nos prometió a través del don del Espíritu Santo.
Tenemos que ser la clase de santos que estarían físicamente de pie en la asamblea solemne, incluso si estuvieramos viendo la Conferencia General solo en casa, para sostener a los profetas, incluso cuando nadie está mirando. Tenemos que leer las Escrituras incluso cuando no hay nadie para leer con nosotros y orar en secreto en nuestros aposentos y no solo sobre el púlpito. Sobre todo, tenemos que aprender a reconocer y prestar atención al consejo personal del Salvador para nosotros.
Pero no es solo como refugio ante la tormenta que se nos pide que con estos cambios participemos y respondamos más personalmente. Como el recién ordenado élder Gerrit W. Gong dijo en su primer discurso como apóstol, "nos pertenecemos el uno al otro". Las listas de verificación están desapareciendo, pero también lo están las líneas divisorias entre nosotros. Estos cambios históricos al enfoque de la Iglesia para ministrar no solo son para aumentar nuestra fortaleza personal, sino también para aumentar nuestra fuerza como pueblo.
Piense en cuánto más tiene que saber y preocuparse el uno por el otro por el compañerismo y enseñar y ministrar de la manera que ahora se nos pide que hagamos. "Oísteis que fue dicho a los antiguos: Visitarás como maestra visitante al menos una vez al mes. Pero yo os digo estarás allí para toda su familia en sus tristezas y en sus alegrías, y los conocerás lo suficiente como para saber cuándo eso sucede"
Algo sorprendente que nuestro nuevo profeta, el presidente Russell M. Nelson, dijo en la Conferencia de este fin de semana fue que "Nuestro Salvador y Redentor, Jesucristo, llevara a cabo algunas de sus obras más maravillosas entre ahora y cuando vuelva de nuevo". No puedo dejar de pensar que nuestra renovada devoción, tanto como individuos como un pueblo unido, será integral para facilitar esas obras maravillosas que aún están por venir. Somos esenciales. Incluso podemos ser las personas que él necesita para lograr esas obras.
En los momentos finales de la Conferencia General Anual 188, el presidente Nelson casualmente anunció la construcción de no uno, o incluso dos o tres, sino siete nuevos templos. La lista incluye la promesa del primer templo que se construirá en la India, una nación de 1.300 millones de personas, y el primero que se construirá en Rusia. El mundo se está abriendo al Evangelio en lugares inesperados y de una manera emocionante y sin precedentes.
Claramente la obra del Señor se esta apresurando. Nuestro momento de Ley de Moisés ha terminado y sabemos lo que tenemos que hacer.
Artículo originalmente escrito por Mariah Proctor y publicado en ldsmag.com con el título “A Historic Conference: The End of Our Law of Moses Moment”.
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Mas bien, es un retroceso, eso es lo que hacían en los inicios. Luego ya volverán cuando vean que la gente está enseñando lo que les da la gana, yo veo próxima más apostasía, y lo de los templos en sitios donde no les dejan predicar por las calles parando gente o tocando puertas, veo una forma sutil para poder llamar la atención de la gente y que se acerque a preguntar. Son técnicas de marqueting.
ResponderBorrarDestacando que marketing es un concepto descubierto, no inventado. Seguramente mucho de la obra de Dios a través de los siglos es mediante eso que el hombre le llama marketing. Por otro lado no se ve en qué puede haber retroceso. Ahora todo lo que hay que hacer es ministrar. Planear menos pero mejor, luego ejecutar más. La esencia del Evangelio. La única gran mentira de todo esto, es que el mormonismo esté en transición. La Iglesia nunca ha estado tan bien definida. Saludos.
BorrarEsto es cierto Dios está muy cerca nos pide q nos preparemos q sintamos el espíritu q seamos un pueblo fuerte unido para recibirlo como él se merece como nuestro padre eterno. Se q tenemos q ocuparnos más de nuestro prójimo y de nuestra familia.
ResponderBorrarEso es la esencia de todo el mensaje. Saludos Ruth.
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