¿Cómo Construir Fe que Produzca Milagros?

Adaptado de un artículo de Clay Gorton

La fe se desarrolla practicándola. Entonces, creo que necesitamos una definición de fe para comunicar el concepto. En realidad, hay definiciones tanto generales como específicas de la fe. Aquí hay algunos:

La fe es el poder motivador para la acción.

¡Si quieres aumentar esa fe, entonces haz algo! Nadie intenta nada sin un cierto grado de confianza de que algo positivo sucederá. Ese grado de confianza es la fe que promueve la acción. La fe se demuestra cuando completamos la acción. Así que aquí hay otra definición de fe.

La fe se mantiene firme hasta que el trabajo está hecho.


Si uno renuncia antes de que se logre el éxito, carece de la fe necesaria para llevarlo a cabo. Entonces, podrías decir que la fe es el precursor de la realidad. Eso lleva a otra definición:

Como la memoria es el registro mental del pasado, también lo es la fe el registro mental del futuro... La acción en el presente, convierte la fe en el futuro, en la memoria del pasado.

Ese concepto es consistente con el de las definiciones en el Libro de Mormón:

...La fe no es tener un conocimiento perfecto de las cosas; de modo que si tenéis fe, tenéis esperanza en cosas que no se ven, y que son verdaderas. (Alma 32:21)

Entonces, de acuerdo con Alma, si tienes confianza en algo que no es verdad, eso no es fe, y por supuesto, ya que no es verdad, no sucederá. Y eso nos lleva a la famosa definición de Pablo:

 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve (Hebreos 11:1).

No podemos ver las cosas porque aún no han sucedido. Pero la evidencia de que sucederán es la existencia de la fe, porque es la fe la que los lleva a cabo. Eso nos lleva a otra definición de fe:

Tener fe es actuar como si tuviéramos conocimiento.

¡Ahora estamos llegando a alguna parte! El pináculo de la fe es el que descansa en el Señor Jesucristo. Nos dijo, y sus asociados lo vieron, que volvería a vivir después de ser condenado a la muerte, la resurrección de su cuerpo. Tan poderoso fue ese acto maravilloso que sus beneficios se acumulan en todos los seres vivos: plantas, animales, insectos y, en la cima, ¡el hombre mismo! Si tenemos fe en el Señor Jesucristo, actuaremos como si supiéramos el concepto a ciencia cierta. ¡De nuevo, hemos aprendido que en su sufrimiento infinito, que comenzó en el Jardín y terminó en la cruz, Jesús asumió la responsabilidad de haber cometido todos los pecados de todas las personas en todos los mundos en todas las épocas del tiempo! Por lo tanto, se sometió a un castigo infinito, suficiente para pagar el precio total a una justicia eterna por TODO PECADO COMPROMETIDO. 

Luego, nos ha dicho, si nos arrepentimos de nuestros pecados, es decir, si cambiamos nuestro carácter para que no nos sorprendan haciendo cosas similares de nuevo, y luego seamos bautizados por alguien con autoridad para la remisión de esos pecados, y luego, viva fielmente los convenios de obediencia al evangelio de los cuales nuestro bautismo es una señal, nuestro Padre Celestial, a través de los méritos del gran sacrificio expiatorio de nuestro Salvador, nos perdonará de los pecados que hemos cometido... Ya no seremos responsables de ellos.

Practicar la fe en el Señor Jesucristo es practicar vivir de acuerdo con todos los mandamientos para la vida que Él nos ha dado, con la expectativa plena y confiada de que nuestros pecados ya han sido perdonados, y somos limpios y puros ante el Señor. Podemos encontrar ese concepto explicado en D&C 58:42-43.

"He aquí, quien se ha arrepentido de sus pecados es perdonado, y yo, el Señor, no los recuerdo más.Por esto sabréis si un hombre se arrepiente de sus pecados: he aquí, los confesará y los abandonará."

Esa escritura no dice que seremos perdonados, sino que somos perdonados.

La fe produce milagros espirituales o físicos dependiendo de que se cumplan las circunstancias descritas.