Mis queridos hermanos, hermanas y amigos, sé que la preocupación sobre su salud, la salud de su familia, la economía y su propio empleo afectan mucho sus pensamientos en estos días. La pandemia del COVID-19 sigue afectando las vidas e interrumpiendo las actividades cotidianas. Esto se suma a otros desafíos que sin duda están experimentando. Los recientes sismos en Salt Lake City son solo un ejemplo de otras causas de estrés que intensifican nuestras preocupaciones.
Esos desafíos han causado que muchas personas sientan que la tierra se mueve bajo sus pies. Se preguntan en qué pueden confiar realmente en estos momentos de confusión.
Esto me recuerda una conversación que tuve no hace mucho con un querido amigo. Este hombre era un alto funcionario gubernamental de otro país, a quien conozco por varios años. La última vez que lo visité, me sorprendió ver que lo traían al lugar de encuentro en una silla de ruedas.
Mi debilitado amigo entonces me explicó: “Llevo mucho tiempo muy enfermo”, dijo. “La mayoría de los días simplemente me recuesto en la cama, miro al techo y anhelo saber lo que es verdad”.
En los momentos de prueba, pocas cosas brindan tanta seguridad y consuelo como la verdad. El apóstol Pablo previó nuestros días y profetizó que vendrían tiempos difíciles. Él añadió que MUCHOS estarían siempre aprendiendo, pero nunca podrían llegar al conocimiento de la verdad.
Lo que es verdad es que, en medio de la sombría oscuridad de un mundo atribulado, la luz de Jesucristo brilla aún más resplandeciente. Él puede comunicar la verdad a nuestro corazón y a nuestra mente a medida que lo buscamos y aprendemos a escucharlo.
En ese sentido, esperamos con anhelo la próxima conferencia general de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días el 4 y 5 de abril, durante la cual escucharemos a los líderes de la Iglesia hablar acerca de la Restauración gloriosa del evangelio de Jesucristo, y de cómo Su evangelio trae paz a nuestra vida.
Dado que actualmente no se pueden reunir grandes congregaciones, esta conferencia tendrá un aspecto diferente. No obstante, la verdad de que Jesucristo es nuestro Salvador y Redentor, y de que la plenitud de Su evangelio ha sido restaurada en la tierra, se enseñará como siempre.
Extiendo una calurosa invitación a todos, sea cual sea su tradición religiosa, a que nos acompañen a través de la tecnología y se regocijen en el consolador poder de la verdad revelada. Los amo. Oro por ustedes. Y les aseguro que el Señor vela por nosotros en estos tiempos difíciles.
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Fuente: Redes Sociales
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