Por la Hermana Heather Farrell
Sin embargo, en las Escrituras casi nunca oigo hablar de mujeres que van a las montañas,
y sabemos por qué, ¿verdad?
Porque las mujeres estaban demasiado ocupadas manteniendo su vida a flote; no podían abandonar a los bebés, las comidas, sus casas o deberes. ¡Y mil responsabilidades más como para también tener que subir las montañas!
Estaba hablando con una amiga el otro día, diciendo que como mujer moderna, siento que nunca soy lo suficientemente "libre" de mis responsabilidades. Nunca puedo estar en un lugar lo suficientemente tranquilo o un lugar lo suficientemente santo para tener una comunicación con Dios tal como me gustaría.
Su respuesta me conmovió:
“Por eso Dios viene a las mujeres. Los hombres tienen que escalar la montaña para encontrarse con Dios, pero Dios viene a las mujeres donde quiera que estén".
He estado reflexionando sobre sus palabras durante semanas y he buscado en mis Escrituras para ver si lo que ella dijo es verdad.
Dios de hecho viene a las mujeres dónde estén, cuando hacen lo común, su trabajo diario.
Las encuentra en los pozos donde sacan agua para sus familias, en sus casas, en sus cocinas, en sus jardines.
Él viene a ellas; mientras se sientan al lado de las camas de los enfermos, mientras dan a luz, mientras cuidan a los ancianos, y realizan los duelos necesarios y las ceremonias funerarios.
Incluso en la tumba vacía, María fue la primera en presenciar la resurrección de Cristo.
Ella estaba allí porque estaba cumpliendo con el deber femenino de preparar adecuadamente el cuerpo de Cristo para el entierro.
En estas, aparentemente mundanas y corrientes tareas, estas mujeres de las Escrituras se encontraron cara a cara con la divinidad.
Entonces, si como yo, alguna vez comienzas a lamentar el hecho de que no tienes tanto tiempo para pasar en las montañas junto a Dios como quisieras, recuerda... Dios viene a las mujeres. Él sabe dónde estamos y las cargas que llevamos. Él nos ve, y si abrimos nuestros ojos y nuestros corazones, lo veremos, incluso en los lugares y cosas más comunes y corrientes.
Él vive.
(Hna. Heather, 2020)
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