Israel es el único país del mundo, donde en términos de creencia, la mayoría son de religión judía, seguidos de quienes son musulmanes y en tercer lugar cristianos. Existen otras minorías, pero estas 3 son las religiones principales.
Es ampliamente conocido que Israel lleva siglos y siglos de enfrentamientos que comenzaron debido a los origenes de judíos, musulmanes y cristianos. Por eso es que esta noticia es tan relevante.
Según informó el medio ABC hace algunos días, rabinos, jeques, imanes y patriarcas se unieron en la terraza del hotel King David de Jerusalén para rezar juntos por el final del coronavirus. «Dios, Tú que nos has alimentado en la hambruna y nos has provisto de abundancia, nos has librado de la peste y nos has liberado de enfermedades graves y duraderas. Ayúdanos», fue la petición que realizaron los líderes de las distintas religiones en la ciudad santa en una oración conjunta que, según los organizadores, no tiene precedentes.
Los rabinos jefes de Israel, Yitzhak Yosef y David Lau, el patriarca Greco Ortodoxo, Theophilos III, el patriarca Latino, Pierbattista Pizzaballa, los imanes Gamal el Ubra y Agel Al-Atrash y el líder espiritual druso, jeque Mowafaq Tarif, unieron sus rezos, cada uno en su propio lenguaje litúrgico, para enviar al mundo un mensaje de fuerza frente a la pandemia. Fue una iniciativa conjunta del Rabinato de Israel, los ministerios de Exteriores e Interior y el Consejo Mundial de Líderes Religiosos. Además de la petición a Dios para poner fin al coronavirus, los líderes religiosos alertaron del aumento del racismo y la xenofobia que ha provocado la pandemia en distintos países.
El Arzobispo Pizzabala recordó la descripción que hace la Biblia de Jerusalén como una casa para la oración de todos los pueblos y destacó la importancia de que esta iniciativa se desarrollase aquí porque «la pandemia no entiende de razas, religiones o fronteras políticas». El patriarca Latino destacó que el coronavirus «ha propiciado algo bastante extraño como es ver a judíos, musulmanes y cristianos rezando la misma oración. Espero que esto se repita después del covid19 porque Jerusalén lo necesita».
La oración se produjo después de una Semana Santa atípica, vacía de peregrinos y con el Santo Sepulcro cerrado. Lo mismo que ha ocurrido para la Pascua judía, marcada por las estrictas normas del confinamiento, y que les tocará sufrir ahora a los musulmanes durante el mes sagrado de ramadán que está a punto de comenzar. El coronavirus ha logrado la unión, aunque sea por un momento, de las principales religiones de la ciudad santa.
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