por Hernán Felipe Toledo
Muchos adjudican al llamado mundialmente "Jueves Santo" el día más agobiante y lleno de sucesos en la vida del Salvador Jesucristo. Y si analizamos lo que el mundo cristiano asocia al día, confirmaremos lo intenso que fue, pues lo que vivió incluye:
- el lavado de pies de los apóstoles
- la Última Cena e institución de esta como ordenanza
- la oración y sacrificio expiatorio en el Huerto de los Olivos
- la traición de Judas
- el arresto
- el juicio en la casa de Anán
Algunos historiadores afirman que el jueves del juicio fue el 3 de abril, y a causa de esto surge que los otros hechos ocurrieron el mismo día, y coincidiría con el domingo como el día de la resurrección. Sin embargo, otros estudiosos afirman que el juicio duró más de un día, y que entonces los otros sucesos podrían haber acontecido desde el 1 al 3 de abril.
La Iglesia restaurada enseña que esencialmente los discípulos de Jesús se prepararon para la cena de la Pascua. Durante la comida, Jesús les dijo a Sus discípulos que uno de ellos lo traicionaría. Entonces, para ayudarlos a que se acordaran de Él, les dio la Santa Cena por primera vez. Jesús fue al Jardín de Getsemaní para sufrir por nuestros pecados y para orar a Dios. Unas personas vinieron con espadas y lo arrestaron. Los discípulos huyeron porque tuvieron miedo (Véase Mateo 26:17–29, 36–56).
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Con respecto al lavamiento de pies Jesús lo instauró como una ordenanza y luego pidió lo que se lee en Juan 13:
14 Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros.
15 Porque ejemplo os he dado, para que así como yo os he hecho, vosotros también hagáis.
Luego Jesús declara lo que confundió y entristeció a los discípulos: "De cierto, de cierto os digo que uno de vosotros me va a entregar". En tal escena con Judas presente o no (de acuerdo a los diversos relatos de los Evangelios), Jesús instaura la ordenanza de la Santa Cena según explica Mateo 26:
26 Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y lo bendijo, y lo partió y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo.
27 Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos;
28 porque esto es mi sangre del nuevo convenio, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.
Este es un momento sumamente sagrado y especial. Está adelantando una ordenanza a lo que inmediatamente sucedería. Nos recuerda lo que estaba sucediendo con Abraham mientra subía caminando con su hijo quien cargaba la "madera" para ser sacrificado en breve. Nos recuerda al pueblo de Israel preguntando sobre el "Maná" o recibiendo agua de la peña en Horeb. Una gran cantidad de sucesos y sacrificios del pasado convergían en ese momento a partir del cuál vendría directamente después el gran postrer sacrificio infinito y eterno.
Estando Jesús en Getsemaní dijo:
Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.
[Luego] mientras todavía hablaba, he aquí llegó Judas, uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y con palos, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo. Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo bese, ese es; prendedle. Y enseguida se acercó a Jesús y dijo: Salve, Maestro. Y le besó. Y Jesús le dijo: Amigo, ¿a qué vienes? Entonces se acercaron, y echaron mano a Jesús y le prendieron (Mt. 26:47-50).
Esto era el inicio del desenlace final.
Que en estos días de "Pascua" recordemos mucho a nuestro Salvador y todo lo que hizo con un amor incomprensible pero totalmente real por todos nosotros.
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Fuente: Enlace de Fe
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